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Por cosas como esta vale la pena mi trabajo!

1 de febrero de 2013

Esta es una historia verdadera que tenia muchas ganas de contarles desde hace tiempo, pero no había tenido la oportunidad de escribir la entrada; cada vez que la cuento, leo o escucho de verdad se me hace un nudo en la garganta. Me la contó una amiga mexicana que conocí en Barcelona.

La historia le pasó a una amiga que trabaja en un laboratorio médico, llamemosla Paola (digo para mantener el anonimato); entonces un día Paola recibe una llamada de la recepcionista del laboratorio para decirle que hay una persona que quiere hablar con algún representante que se haga cargo del producto que ella maneja. Le comunican y comienza la conversación:

Hombre al Teléfono:  -Hola, buenas tardes hablo para peguntar de su producto, soy una persona de bajos recursos y debo tomar su medicamento pero no me alcanza para comprarlo; la caja cuesta mas de $300.00 y yo solo puedo pagar a lo mucho $50.00 por caja-

Paola: -Señor yo no le puedo ayudar, es más el producto hacerlo a mi me cuesta mas de $100.00, así que no hay modo; pero deme sus datos y yo me comunico con algún representante del área donde vive.-

HT: -Yo no tengo teléfono  pero mi hija si, vivo en Azcapotzalco y de verdad me costó mucho trabajo si quiera comunicarme con ustedes, porque a parte estamos un poco gastados de dinero ya que mi hija acaba de poner un negocio y por lo mismo no puedo pagar el producto, pero se que si no tomo la medicina perderé la vista por la enfermedad. 

Total que el señor le da los datos, nombre,  dirección y el número telefónico de la hija para ver como podía ayudarlo Paola, quizá le podría conseguir un descuento con alguna farmacia de la zona o un representante de ventas le podría dar algunas muestras. Paola pensó muchísimas alternativas y en ese momento el universo enteró conspiró para poder ayudar al hombre, Paola nunca tiene producto tal cual en la oficina, pero ese día le habían cancelado un pedido con producto suficiente para 5 años, entonces se le ocurrió hacer algo  para ayudar al pobre hombre. 

Un día antes en el laboratorio había corrido al muchacho de la limpieza por haber robado algunas cosas de la empresa, así que dijo que el producto que tenía ahí lo robó el de la ese muchacho. 

Así que cogió el producto y llamó un taxi de su entera confianza y lo mando con todo el producto a la dirección que le había dado el señor. Le dijo al taxista que llevara el producto  y que iba de parte de Paola Juárez

Total que pasa el tiempo algo así como un año o más y le marcan a Paola de la recepción del edificio, «hay una persona buscándola en la recepción pero que no puede subir por políticas de seguridad», digo cuando te dicen algo así seguro piensas en un terrorista, asesino en serie o algo. Pero Paola no se quedó con la curiosidad y bajo acompañada del policía de la empresa. 

Al llegar al lobby del edificio se encontró con un señor humilde, con huaraches, sombrero y  llevaba una bolsa de mandado de esas de costal, cuando bajo Paola el hombre pregunto si se trataba en verdad. 

Cuando el señor se cercioro de que en efecto fuera Paola Juárez comenzó el dialogo:

-Hola, yo la vengo buscando porque hace más de un año usted me hizo uno de los mejores regalos de mi vida, me mando producto suficiente para que yo pudiera seguir viendo por más tiempo; así que como no tengo otra forma de pagarle aquí le traigo esto.-

Acto seguido el hombre le mostró la bolsa de costal y Paola sintió curiosidad por lo que contenía  cuando se asomo vio que algo se movía adentro, era un pequeño puerquito, un lechoncito vivo. 

Paola le contesto que no podía aceptar el regalo porque no tenia donde tenerlo, pero el señor insistió diciendo que era lo único que podía darle, porque el no tenia dinero suficiente para pagarle lo que ella había hecho para que el pudiera seguir viendo. Paola le dijo que no se preocupara, que no le debía nada.

De pronto el hombre le dijo que tenía otra cosa que darle, que quizá no era mucho pero para el era muy importante, cuando de pronto sacó un pequeño cuadrito enmarcado de su bolsa y le dijo:

-Usted me dio la oportunidad de seguir viendo a mi familia y gracias a usted pude ver nacer a mi nieta así que por eso le pusimos su nombre «Paola»

Cuando Paola tomo el pequeño cuadro en sus manos, se dio cuenta de que era el acta de nacimiento de la nieta que en verdad decía que la niña se llamaba Paola y que había nacido solo unos meses atrás.

Esta historia es real, obvio pedí la autorización de mi amiga para poder compartirla con ustedes y  cada vez que la cuento se me hace un nudo en la garganta, pero creo que son esas historias que se deben compartir y que hace que de verdad valga la pena trabajar. 

Ojala les haya gustado y recuerden que siempre hay una manera de ayudar a los demás y no hay que hacerlo esperando algo a cambio, sino por el puro gusto de ayudar.

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